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Cita a ciegas

"Ahí estaba yo. Es decir, Alex y mis tres drugos. O sea Pete, Georgie y Dim. Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche."
La Naranja Mecánica
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lunes, 7 de abril de 2008

Intacto

Sí, sobran los comentarios. Los conocidos ya lo sabéis. No voy a hacer ninguna reseña más al respecto, simplemente, me sentí vivo.
Hasta que comencé la universidad no existía cosa más triste que un lunes a la mañana. Ahora no es así, solo supone la calma, la tranquilidad después de unos días movidillos.
Entre semana me muestro relajado, esperando el siguiente fin de semana para volver a donde siempre con la gente de siempre, en está vida cada uno tiene sus motivaciones.
Su mirada controla mi mente, su ausencia de expresividad a distancia hace que uno se sienta débil, siento que no la poseo, por eso lucho y por eso en el amor uno nunca sabe si va a ganar o va a perder. Seamos realistas, nadie te asegura nada, los sentimientos son variables, ahí está lo bonito.
Cuerpo a cuerpo todo es más fácil, no es necesario hablar, como dice Mia Wallace, hay sabes que has conocido alguien especial, cuando puedes compartir un maldito momento sin hablar y no tienes la necesidad de decir gilipolleces para sentirte mejor.
Estoy en el momento más experimental de mi vida, nunca he sentido que me importe tan poco mi ámbito académico, mi felicidad es proporcional a los momentos en que siento cosas distintas. Os estoy hablando de esas pequeñas cosas, de esas miradas, de esos momentos tras un partido perdido en el que te das cuenta que perder es lo de menos, las risas posteriores hacen que el volver a casa no tenga sentido.
Me sentí impotente en algunos momentos en los que me miró, hay ya no valía ninguna de mis frases ni mis pensamientos, estaba a su merced. ¿Alguna vez os habéis sentido débiles frente a una persona del sexo opuesto? Evidentemente, se admiten comentarios. Pero no quiero un sí o un no, si vais a poner eso, mejor no lo hagáis.
Hacía mucho tiempo que no contemplaba mi vida y me sentía relajado, cuando me muera, moriré tranquilo, sabiendo que he jugado todas las cartas en mi vida, supongo que eso es algo que más de uno no puede decir.
Me despido, escribir en la sala de ordenadores es tan íntimo como hacerlo con alguien en medio del asfalto de una autopista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Alguna vez, y con muy pocas personas, he tenido la sensación de que una sola mirada era más que suficiente para que él pudiese adivinar cada uno de mis pensamientos.
En esos momentos las palabras sobran, sólo lo estropean.

Anónimo dijo...

Y tu quien eres? Anonimoux Biblicox

Pasame los informes de Paunovic o porngo el departamento de homicidios de Baltimores tras tuyo.

He dicho.