Google
 

Cita a ciegas

"Ahí estaba yo. Es decir, Alex y mis tres drugos. O sea Pete, Georgie y Dim. Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche."
La Naranja Mecánica
-----------------------------------------------------------------------------------

viernes, 28 de marzo de 2008

I'm in love with my car

Aparto lentamente el estor con mi mano izquierda. Un día soleado. El metalizado de los coches brilla con una intensidad inusual, propia de un veraniego y caluroso día. Toso, me irrita la garganta desde hace días. Y tengo fiebre. Me tienta la idea de abrir la ventana, de aspirar y absorber cada rayo de sol. De apoyar mis manos sobre la barandilla que hay tras ella y sentir ese calor propio de días como este. No creo que a mi febril cuerpo vaya a molestarle mucho.



El panorama es de lo más curioso. El cielo está despejado sobre mí, pero se puede advertir un anillo de nubes que rodea el perímetro en el horizonte.

Vuelvo a toser. Maldito resfriado.

Un coche azul entra en el parking y comienza a buscar una plaza libre girando a la derecha. Un coche negro se dispone a abandonar su plaza, ubicada a la derecha del parking. Negro no ve a Azul. Azul ve a Negro pero es demasiado tarde. El golpe no es muy fuerte, pero las carrocerías de los coches no creo que opinen lo mismo.

El señor Azul, gordo y con apariencia hostil, baja de su magullado vehículo. El señor Negro, cabizbajo, baja de su magullado vehículo.

El señor Azul grita. El señor Negro también. Craso error. Azul golpea a Negro, que cae al suelo en el primer asalto, en el primer golpe. Parece sangrar, y Azul no carga de nuevo contra él. Negro se incorpora y comienza a sacar un teléfono móvil. Azul se aparta y hace lo mismo. Alrededor la gente mira, embobada, la escena. Sin abrir la boca, sin prestar ayuda a Negro.

No soy conductor. No sé quién tiene razón y quién no. Imagino que los 100 Kg. de Azul no tienen ningún tipo de duda al respecto.

Cierro la ventana. Y vuelvo a toser.

4 comentarios:

Mitxel dijo...

Bonita historia Henry. El señor azul merece una manada de patadas.

Chinaski dijo...

Y yo un frasco de jarabe

podolsky dijo...

Yo creo que los que tambien merecen unas cuantas patadas son la gente que no hizo nada..

Anónimo dijo...

Yo creo que pegarse por una cosa tan nimia es absurdo, aunke hay que ver como se pone la peña con su coche, que te tiras a su novia y le importa menos que le jodan el "buga".

Yo por mi parte prefiero las mujeres, "propias" o "ajenas" (siempre que quieran claro) jajaja

Bueno, menos coñas y a lo que venía, pasaros por nuestro blog y pinchar en los anuncios please!!!

Grachie mile! (o como se diga)