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Cita a ciegas

"Ahí estaba yo. Es decir, Alex y mis tres drugos. O sea Pete, Georgie y Dim. Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche."
La Naranja Mecánica
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martes, 25 de marzo de 2008

Yo pensaba

Queridos lectores. Los últimos días están siendo un poco agetreados, por lo que hoy os voy a dejar con un escrito de un gran amigo como es dan.

Pensaba que pensar, era un muy buen ejercicio. Pensaba que el hecho de forzar la mente, era un esfuerzo saludable. Pues bien, tal vez lo sea, no lo dudo, puede que pensar sea un buen ejercicio, cuando utilizas la mente para hacer una ecuación, o una suma, o algo por el estilo...

Pensar cuando tienes un problema, el cuál no tiene solución... no es más que un sacrificio, una locura, es entonces cuando el pensar se torna estúpido, superfluo, de más...El hecho de pensar acaba pudiendo contigo, agobiándote, quitándote el sueño.

Crees que piensas, pero... lo que haces en realidad es hablar con tu conciencia, te sinceras, no tienes nada que ocultarle, porque resulta que ella, simplemente... lo sabe todo sobre ti.

Ella sabe lo que piensas, cómo vas a actuar en cada momento incluso antes de que tú mismo lo sepas, sabe quién eres, y te conoce como nadie, desde pequeño. Párate a pensar un solo momento, no te recuerdas sin ella, vayas donde vayas ella va contigo, duerme contigo, se ducha contigo, ve la tele contigo e incluso estudia contigo, lo hace todo contigo, pero aunque tú mismo no te des cuenta, puede llegar a ser tu peor enemiga.

Todos sabemos a estas alturas que las mujeres son un auténtico peligro, y no sé si calificarla como mujer, pero “la conciencia” es el peligro más grande que yo jamás he conocido. Resulta que forma parte de ti, resulta que no se te va a ocurrir ir a ningún sitio sin ella, y cuando piensas en hacer una tontería, es ella la primera que se preocupa por ti. Ella te hace recapacitar, y en muchas ocasiones, es la que te obliga a sacar los pies de la tontería que estás a punto de cometer.

No puedo más que decir con esto, que esta “amiga” nuestra, es un arma de doble filo, fiel como ella sola. Cuando haces algo bien, te da una palmadita en la espalda y te recuerda lo maravilloso que eres pero... falsa como un barranco, cuando cometes un error, Es también la primera en apuntarte a ti como principal culpable. Cuidado, ten mucho cuidado, ya que ahora, y aunque no la veas, ni la sientas, también ella está leyendo estas líneas.

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