Decisiones, decisiones

Vuelvo a escribir, pero esta vez por placer, no por míseros trabajos. Supongo que los últimos días han dado mucho de sí. Volví a conocer esa sensación, eso creo. La verdad es que en el momento de la noche esa sensación parece de verdad. ¿Conocéis esas noches en las que algo especial sucede pero llega la siguiente mañana y empiezas a dudar que hubiese ocurrido? Es gracioso, en el momento lo ves, lo notas, pero vuelves para casa y empiezas a cuestionarte si fue así o simplemente tu mente te hace creer que fue así. Al siguiente día te levantas y ya no sabes que creerte. Avanza el día y empiezas a olvidarte de detalles...
Decisiones, decisiones... el jueves tuve que hacer una... el deber me llamaba el viernes en la universidad pero Vitoria ofrecía mejores cosas. No me arrepiento, mereció la pena, el jueves también tuve esa sensación de pureza y solo ese maldito momento mereció la noche entera, mereció la huida y mereció el tener que refugiarme en casa de un amigo. Al día siguiente todo sigue igual, pero no puedes evitar estar más alegre, más feliz, mostrar tu mejor cara porque te acuerdas de esa sensación... Poder hablar con esa persona sin conocerla casi de nada y sentirte tranquilo, a gusto, saborear ese momento, esa sonrisa, esa mirada. Pero solo hay una cosa que mejora eso, saber que va a haber una próxima vez...o no. Eso marca la diferencia, no tener la certeza de volverla a ver. Eso es lo que hace que pienses una y otra vez en esos momentos que compartiste con ella deseando que no se te olviden. Hacía demasiado tiempo que no tenía esa puta sensación, probablemente demasiado para un tío como yo.
De repente te recorre la tristeza, recuerdas muchas cosas, y te das cuenta que es probable que ella no sienta lo mismo.