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Cita a ciegas

"Ahí estaba yo. Es decir, Alex y mis tres drugos. O sea Pete, Georgie y Dim. Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche."
La Naranja Mecánica
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miércoles, 21 de mayo de 2008

Salvo el día en el que te mueres


Vuelve, con ganas, como siempre, no le gusta ser sigiloso. Tampoco es que me haya quedado mejor, más tranquilo quizás. Soy vago con ganas. No me recorre nada. Cuando pasé por ello acaricié el odio y nos prometimos amor eterno con altas dosis de sexo todos los días, nunca me abandonará, me hace más fuerte a la vez que me consume con parsimonia. La basura se apila. La carga aumenta y mi alma se oxida. Se oxida por incomprensión, por cabezonería, por destellos de un ente más corrupto y simple, sí, simple al fin y al cabo. Hacía tiempo que no me levantaba de una épica siesta y el día era gris, como yo, no quería levantarme de la cama, un domingo asqueroso, como en la época del colegio. Frialdad en casa, ausencia de sentimientos por todos los lados. Puede que me sienta más cómodo en la soledad, la ausencia de sentimientos en la soledad es menos pesada que la ausencia de sentimientos en compañía. Hablé del vértigo, de esa caída libre de consumar todo con la otra persona en una sola noche y sentir ese vacío de haber quemado esa etapa en tan poco tiempo. Por eso intento retenerlo, para aumentar la necesidad y que sea mucho más latente. Supongo que en eso soy un incomprendido, aunque para mi sorpresa alguien afirma que el ser humano se sustenta en reprimir tus necesidades básicas, tus funciones de animal, en cohibir tus instintos básicos. Los cambios son sorprendentes, los altibajos se asimilan peor en esta situación. Sigo preguntándome si la vida es justa o injusta, si existe el equilibrio, y si existiese, cómo llegaríamos a conocerlo. Puedo ser implacable, un auténtico indeseable. No consigo que se vaya de mi lado, la ira. Le deseo lo peor a la gente malvada, no me arrepiento. Debería ajusticiar, tal vez jamás sea capaz de realizar la misión. Lo único bonito es que sé que siempre queda esa opción si no cumplo con mi estabilidad emocional y paz mental. Acaparo más y asimilo mucho más, absorbo cual esponja todos estos sentimientos para más tarde lanzarlos sabiendo que van a volver cual boomerang. ¿Qué sentido tiene eso? Bastante, poder sentirte liberado por unos jodidos instantes. Entro al baño, empiezo a brincar, me gusta, sigo brincando varios segundos, me detengo, escupo la sustancia por la boca, me miro, entiendo que no soy guapo, la barba sucia solo me da un toque más desaliñado, me gusta que la dejadez esté reflejada en mi cara. Me pregunto que se sentirá al perder a alguien querido, lo desconozco, por un momento deseo sentirlo pero que el hecho no se haya consumado, solo el sentimiento de la pérdida completa de ese ser humano.
Es sorprendente que la gente te sorprenda. No esperaba ciertas cosas. Hoy estaba divagando en el ordenador y la justicia ha aparecido, lo he visto en la pantalla de mi ordenador, como escuché en una película, a veces cuando crees que has ganado realmente as perdido y a veces cuando crees que has perdido realmente has ganado. La justicia que el otro día se burló de mí hoy ha sido atrapada por mis queridas zarpas. Sencillo y lleno. Es cierto. Supongo que ahora estoy más tranquilo, hemos entrado en otra dinámica. De nuevo me han sorprendido, basta que piense ya que la gente no me sorprende, para que lo vuelvan a hacer varias veces en el mismo día. Ha veces te leo un beso en los labios…sí, probablemente. ¿A quién leerá con más gusto? ¿Seré el deseado?
Después de los dos primeros asaltos las armas seguían en alto. Empezamos a compartir todo, es decir nada, toda la carencia de acciones y toda la fluidez de sentimientos. Un error de celular dio la pista definitiva, nunca algo me hizo sentir tan auténtico…”es surrealista, tanta confianza en tan poco tiempo”. Bonito, sencillo, implacable. La historia continuaba a la vez…perdonad…escucho “hurt” y me siento tocado…”I hurt myself today, too see if I still feel, I focus on the pain, the only thing that`s real”…Genial…”Everyone I know goes away, in the end”…sí, la historia continuaba a la vez que todo empezaba a coger forma de una manera extraña. Yo lo sentía desde el primer momento, ella lo dejo caer cuando la amenaza iba a llegar, supongo que sería porque las posibilidades de que todo pereciese existían, no por mi parte, claro está.
Esta vez andaba, dos mujeres mayores hablando en un banco, tenían móviles en sus manos. Una le dice a la otra: “Cuando eso te pego un toque”. La otra señora le mira anonadada. La primera señora le aclara: “que te pegue un toque significa que te hago una llamada pero solo dejo que de un tono para avisarte y no gastar dinero”. Nos están limpiando el puto cerebro, atropellaría al logo de blinko para poder ser yo el que le guiñe el ojo mientras se desangra. Solo hay una cosa más triste que un joven influenciado por la jerga y los movimientos sociológicos, una anciana influenciada por eso mismo.
Entro en la cafetería, el bocata rutinario viene cubierto con papel que contiene publicidad de supermodelo y la figura de una mujer delgada. Pienso en pedir un mechero y prender toda esa publicidad.
Mi profesor de econometría, el mayor chacal que ha parido la historia, tiene blog propio, en el habla de su asignatura, cuelga el examen la víspera de este cuando evidentemente toda la promoción desconoce la existencia de la ciber –cloaca y habla de regresiones lineales múltiples. Pacto con un amigo que lo que tenemos que hacer es dejarle comentarios explicándole cuanto va a follar y cuan profesor guay va a ser teniendo ese blog y que también deberíamos pasarnos por su despacho y defecar en su escritorio para terminar diciéndole: “Esto, esto sí que es una regresión lineal múltiple”.
La respuesta a todo está delante vuestro, en todos los escritos míos que habéis leído. La respuesta a qué? A mis antiguas suplicas, a las suplicas de todo ser humano con sentimientos, la suplica que todos pedimos al levantarnos de la cama, al cruzarte con ese ser humano, al preguntártelo en cualquier momento del día, al acostarte solo en la cama, al divagar de un lado a otro. Al principio no existía, solo era un sueño, un grito de socorro, un alarido de amor, al principio no hablaba de nadie en concreto, hablaba de una sensación, de un comienzo, de una nueva partida, la más temida de todas, pero se hizo realidad, apareció como queriéndome demostrar que lo merecía, que si te quejas y te preguntas ¿porqué?... llega…llegó. Joder que si ha llegado. Las suplicas, ese deseo innato de querer ser amado y amar, no se expresa de forma muy fuerte si nunca lo has poseído, pero sí si creíste haberlo perdido y uno quiere volver a recuperarlo, entonces las preguntas te inundan: ¿Cuándo llegara?¿Cómo será? Y a eso amigos, no hay dios que pueda contestaros.
Conducía el coche, una pintada llamó mi atención: “hoy es el primer día del resto de tu vida”. Pienso en el matiz que puso mi querido amigo Lester Burnham en American Beauty: “salvo el día en el que te mueres”. Un día conduciré de noche, buscaré esa pintada y la retocaré con esta segunda frase…sí, es cierto, salvo el día en el que te mueres...

1 comentario:

Anónimo dijo...

well done!
si esk k bien escribes...
otra de charlas cuando kieras, e jerjes?
bso!